Los enfrentamientos entre agentes de la Guardia Civil y la policía española y los catalanes independentistas se replicaron en varios centros de votación, que fueron intervenidas por las fuerzas del gobierno nacional para impedir el referéndum ilegal convocado para la independencia de Cataluña.

Los agentes intervinieron por orden judicial para requisar urnas y papeletas destinadas a la consulta y se encontraron con la resistencia de personas que ocupaban los centros e impedían la entrada de los policías. Pese a la insistencia de las autoridades en no usar la violencia contra los manifestantes pacíficos, se registraron varias escenas de uso de fuerza excesiva.

El gobierno catalán reportó que hay 844 personas heridas o con contusiones y pidió a los afectados que presenten la denuncia.

Por su lado, el delegado del gobierno español en Cataluña, Enric Millo, anunció que la policía catalana, los Mossos d’Esquadra, habían pedido ayuda a las fuerzas del Estado, la Policía y la Guardia Civil, en 233 centros de votación. «Un gesto que los honra», dijo Millo, horas después de criticar la inacción de los Mossos para impedir la apertura de colegios electorales.